
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Sintraime Yumbo Informa
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Supuesta Quiebra de Grecia |
Esta Jornada de solidaridad se efectuará simultáneamente en varios países del mundo para rechazar el mal llamado “Plan de Salvamento” de Grecia, a través del cual los capitalistas unidos de Europa están transfiriendo la crisis del sistema imperialista a las espaldas del pueblo y la Nación de Grecia. No olvidemos que ese “paquete” de medidas incluye entre otros desafueros: despidos masivos de trabajadores, reducción de salarios, privatización de empresas estatales y recursos naturales; medidas que ahondarán la pobreza de los trabajadores griegos y que seguirá extendiéndose al resto de trabajadores y pueblos del mundo.
es de mencionar que estas reformas estructurales solo conllevan a la perdida de derechos bajo un cortina de humo llamada crisis economica.
en
10:20 p. m.


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sintraime yumbo
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Noticias Nacionales
Sintraime Yumbo Informa
SINTRAIME Seccional Yumbo ha conocido la
difícil situación por la que atraviesan nuestros compañeros afiliados a
SINTRELECOL, trabajadores de las
empresas CETSA y EPSA, quienes desde el pasado 10 de Agosto del presente año
han presentado ante estas empresas un Pliego Único de Peticiones, sin que hasta
el momento ellas hayan permitido la instalación de la mesa de Negociaciones, ya
que representantes de estas Multinacionales dilatan con patrañas miserables las
condiciones necesarias para dar vía libre a tratar las mínimas solicitudes
salariales de los trabajadores.
Resulta intolerante como ante la complicidad y el
actuar permisivo del Ministerio de la Protección Social las patronales han
presentado un “Acta de Instalación” firmada unilateralmente por ellas, sin
tener en cuenta para nada la posición de los trabajadores, obstaculizando
estratégicamente las conversaciones para agotar así la etapa de arreglo
directo, acto que viola la Negociación Colectiva porque se impide la
participación de los trabajadores (as) para decidir y establecer el cronograma
de reuniones, el derecho a la información y demás garantías que conciernen a
este primer acuerdo entre las partes.
Llamamos a la reflexión a los representantes
negociadores de las Empresas CETSA y EPSA, para que desistan de su terco
propósito de dilatar tendenciosamente las negociaciones, permitiendo una real
Acta de Instalación, que a su vez conlleve a mejorar las relaciones obrero
patronales.
Nuestro Sindicato, a través de su Junta Directiva
denunciará esta situación de los
compañeros de SINTRAILECOL, ante todas nuestras Organizaciones hermanas, ante
Organismos Defensores de Derechos Humanos y ante todos los Entes Nacionales e
Internacionales, como la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL (FSM) y la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL
DEL TRABAJO (OIT), conscientes que solamente con la Solidaridad y la Unidad
lograremos vencer el proceder temerario de las Empresas Transnacionales, que
con sus actuaciones reaccionarias vulneran las conquistas que los trabajadores
a través de arduas luchas han conseguido.
en
10:01 p. m.


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sintraime yumbo
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Secretaria de Solidaridad
Sintraime Yumbo Informa

Sin depositar ninguna
confianza en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ni suscribir la “solución
de dos estados”...
Apoyamos el derecho a
exigir en la ONU el reconocimiento del Estado palestino
21 de septiembre de 2011.
El próximo
viernes 23, en una reunión de la Organización de las Naciones Unidas, Mahmoud
Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pedirá el
reconocimiento del Estado palestino, y, por lo tanto, una banca en la Asamblea
General de la ONU.
Esto ha
desatado un tormenta político-diplomática. El gran hipócrita Obama ha debido
sacarse la careta de “amigo de los palestinos y los pueblos árabes”, rechazando
una medida que sería lógica dentro de la “solución” que supuestamente promueve
EEUU para la cuestión palestina: la “solución de los dos estados”.
Para colmo,
el frente único imperialista de EEUU, la Unión Europea y Japón (al que se suman
frecuentemente Rusia y China) aparece inicialmente dividido al respecto. Los
gobiernos de Francia e incluso de Gran Bretaña vacilan sobre el curso a tomar.
Es que un voto en contra junto con Washington, sería muy dañino para la
política hacia las rebeliones árabes que inauguraron con la intervención en
Libia: la de presentarse como adalides de la “democracia” y los “derechos
humanos”. Votar contra el reconocimiento, los dejaría al desnudo.
Para el
gobierno Netanyahu-Lieberman del Estado racista de Israel, la votación por el
Estado Palestino sería un duro golpe diplomático. Además afectaría
indirectamente la legitimidad del enclave colonial llamado Israel, basado en la
“limpieza étnica” y el genocidio del pueblo palestino.
Por esos
motivos –y sin depositar la menor confianza en Mahmoud Abbas y la ANP, ni menos
todavía en la cueva de bandidos que es la ONU– apoyamos el derecho al
reconocimiento del Estado Palestino como miembro pleno de la Organización de
las Naciones Unidas.
Las
rebeliones del mundo árabe golpean a la puerta de la ANP
La
iniciativa de la ANP aparece como algo sorprendente, casi milagroso, conociendo
la larga trayectoria de lacayos de Israel y el imperialismo que tienen tanto
Mahmoud Abbas como su organización política, Al Fatah, y la ANP.
Esto de
sirvientes de Israel y el imperialismo no es una metáfora, sino algo contante y
sonante: anualmente, la ANP recibe de Israel subsidios por 1.000 millones de
dólares que se suman a otros 1.500 millones que les suministran diversos
“donantes”, países imperialistas, estados árabes, etc. Por eso, la primera
amenaza de Israel y EEUU es cortar esas subvenciones.
No es
difícil explicar este milagro político: la súbita “radicalización” de Mahmoud
Abbas y la ANP. Obedece, ante todo, al extraordinario cambio de la situación
regional que se inicia este año y que afecta también a Palestina.
La inmensa
rebelión de masas llamada “Primavera Árabe” ha repercutido de una u otra manera
en todos los pueblos y países de la región. Palestina no ha sido una excepción.
Como primera
medida preventiva ante la nueva situación, la ANP, que controla los guetos de
Cisjordania, y Hamas, que manda en la Franja de Gaza, firmaron un acuerdo para
revertir progresivamente una escisión que sólo beneficia a Israel y al
imperialismo. Pero el “plato fuerte” llega ahora: el pedido de reconocimiento
en la ONU.
Asimismo,
las rebeliones de la Primavera Árabe se combinan con otros cambios mundiales y
regionales no menos importantes. Y ellos también son desfavorables, en
distintas formas y grados, a Israel.
Hay una
crisis económica mundial que golpea principalmente a los imperialismos yanqui y
europeos, que han sido los soportes sin los cuales el Estado colonial-racista
no podría sostenerse. Esta crisis agrava un proceso que venía de antes: el
debilitamiento geopolítico de Estados Unidos –el “Gran Padrino” de Israel–.
También, por primera vez en su historia, hay una crisis del consenso social al
interior del Estado sionista, que se expresa en el movimiento de los
Indignados.
En ese
contexto mundial y regional y, donde las rebeliones populares dan la nota
principal, Israel ha perdido sus dos principales aliados regionales: Egipto y
Turquía.
En el
primero de esos países, el proceso iniciado en enero registra una nueva oleada
de luchas, que van desde huelgas obreras hasta movilizaciones antiimperialistas
como la toma de la Embajada de Israel.
Turquía –ex
aliado incondicional de Israel desde 1949– ahora encabeza una campaña
pro-palestina. Su actual primer ministro, Recep Erdogan, trata así de erigirse
en referente de los pueblos árabes e islámicos de la región.
El Estado
racista no da concesiones
El reverso
de esta situación, es el hecho de que Israel no da la menor concesión a la ANP.
No le ha arrojado ni un hueso que le permita justificarse ante las masas palestinas.
Y ahora esto hace crisis, por el cambio profundo de la situación regional e
internacional.
Es que el
“programa” del estado sionista en relación al pueblo palestino lo definió con
toda franqueza su canciller, Avigdor Lieberman: arrojar una bomba atómica sobre
Gaza y expulsar fuera de Palestina a la población de Cisjordania.[2]
El Estado de
Israel es un enclave colonial, cuya “lógica”, antes y después de su fundación,
es el exterminio y/o desplazamiento de la población nativa. En ese contexto,
desde la firma de los Acuerdos de Oslo de 1993 entre Israel y la OLP
(Organización para la Liberación de Palestina), durante 18 años se ha
prolongado, con intermitencias, la farsa de las “negociaciones” para lograr la
“solución de dos estados”, el de Israel y el de un Estado Palestino... Y por
supuesto Israel se ha negado siempre a un acuerdo, incluso en las condiciones
más leoninas.
Mientras
tanto, los ocupantes han ido desplazando a los palestinos a punta de fusil,
destruyendo sus viviendas y arrasando sus campos, para finalmente encerrarlos
tras largos muros de cemento en un puñado de guetos o “bantustanes”,[3] en
Cisjordania y la Franja de Gaza, sin conexión entre sí. En las tierras
arrebatadas a los palestinos, han instalado colonos que se reclutan entre los
sectores ultra-religiosos y racistas más fanáticos, que gozan de total
impunidad para maltratar y asesinar palestinos.
Sobre ese
puñado de guetos ya no puede hablarse en serio de erigir un “estado”. Por otra
parte, en el mejor de los casos, si las fronteras se fijasen a partir de los
límites anteriores a la guerra de 1967, como reclama la ANP, el nuevo “Estado
Palestino” nacería “minado” por los asentamientos de colonos.
Por supuesto
siempre es posible montar un simulacro colonial: a un bantustán se le puede
cambiar el nombre y llamarlo “estado”.
Pero incluso esta versión mínima de la “solución de dos estados” viene
siendo rechazada tajantemente por Israel. Es que eso significaría fijar
fronteras, poner límites, mientras que la dinámica permanente de la
colonización sionista –como la de cualquier otra colonización– es seguir
adelante, hasta consumar la “limpieza étnica” de todo el territorio, mediante
la combinación de exterminio y desplazamiento.
Eso es lo
que proclaman francamente Netanyahu y Lieberman y lo que tartamudean
hipócritamente los políticos sionistas más “a la izquierda”, como Tzipi Livni.
Por un
estado único, laico, democrático, no racista y socialista
Apoyamos
decididamente el derecho de exigir en la ONU el reconocimiento del Estado
palestino. Denunciamos la repugnante hipocresía de los gobiernos imperialistas,
como el de Obama, que desde hace años predican el sermón de la “solución de los
dos estados”... y ahora, cuando se intenta un mínimo paso en ese sentido, se
oponen rabiosamente.
Pero
también, al mismo tiempo, tenemos el deber de decir la verdad, tanto a los
luchadores palestinos y árabes, como a los trabajadores y jóvenes israelíes que
en estos momentos están expresando su justificado descontento en las calles.
Mantener el Estado de Israel tal cual es, con el único cambio de poner el
nombre de “Estado” a los dispersos guetos palestinos, es cambiar todo... para
que todo siga esencialmente igual.
La única
solución de fondo es el establecimiento de un estado único en toda Palestina,
un nuevo estado que no sea judío ni islámico, sino laico y democrático, donde
todos sus ciudadanos –judíos, árabes o de cualquier otra etnia o religión– sean
iguales y tengan los mismos derechos. Un nuevo estado sin explotadores ni
explotados; es decir, socialista. Un nuevo estado, por último, que sea parte de
una federación de repúblicas socialistas de Medio Oriente.
en
9:46 p. m.


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