SE
ACENTÚA LA ACUMULACIÓN CAPITALISTA EN
COLOMBIA
SALARIO
MINIMO 2013: ¡ DE MAL EN PEOR ¡
La decisión del
gobierno Santos de decretar un pírrico aumento al salario mínimo legal de tan
solo el 4% o sea $760.oo diarios, el equivalente a la mitad de un pasaje del
transporte urbano, así como la reciente aprobación de la reforma tributaria
-que redujo sustancialmente los impuestos a los monopolios capitalistas y
transfirió nuevas cargas a espaldas de los trabajadores- dejan a todas luces
claro que este sí es el gobierno de la prosperidad... para los explotadores.
El decreto 2738 del
28 de diciembre 2012 por medio del cual se impuso el nuevo rango de salario
mínimo en Colombia fue promulgado el día de los inocentes, pero no se trató de
una inocentada sino de una nueva cachetada contra quienes con un enorme esfuerzo y sacrificio producimos la
riqueza y la grandeza de este país. Este aumento del 4% contrasta por con los
incrementos salariales obtenidos por los trabajadores en Venezuela (25%),
Argentina (19%), Ecuador 8,8% y Chile (5,1%), países donde el salario mínimo
legal vigente -comparado en dólares- es
superior al de Colombia, aparte de que en ellos existen una serie de auxilios
al transporte, a la alimentación y a la vivienda que alivian la carga de diario
vivir.
En el intento de
justificar su actitud mezquina hacia los trabajadores, la oligarquía colombiana
en el poder adujo que durante el año 2012 el Indice de Precios al Consumido
(IPC) apenas llegaría al 2,65%; cifra creada por la manipulada estadística
oficial. Otro argumento falaz que
señalan los capitalistas estatales y privados es que los salarios son
inflacionarios, pero, según ellos, no lo son los gastos lujuriosos de que
disfrutan los oligarcas de cuello blanco que se roban los recursos públicos,
mediante billonarias defraudaciones a las arcas de la Nación, los departamentos
y municipios.
Para rematar esta
nueva afrenta contra los asalariados, el ministro de hacienda sale a esgrimir
ahora que el aumento salarial decretado es una contribución a la generación de
empleo; el mismo cuento manido que han utilizado los últimos gobiernos para
justificar el cercenamiento de los derechos laborales y pensionales de los
trabajadores colombianos, lo que se refleja entre otras en las nefastas leyes
50 de 1990, 100 de 1993 y 789 de 2002. Ese mismo entretejo de generar nuevos
empleos lo utilizó también Cárdenas Gutiérrez en el parlamento burgués para apalancar
la aprobación de la reforma tributaria que –con la presencia física de la
presidente del principal órgano de dominación imperialista, FMI- rebajó
los impuestos a las empresas nacionales y extranjeras dedicadas a
extraer la savia del país mediante leoninos préstamos usureros y saqueando a
manos llenas las riquezas naturales de
nuestra Patria.
Por otra parte, la
implantación por decreto del salario mínimo ha evidenciado el fracaso del tan
publicitado espacio de concertación salarial y laboral (Estado, patronos y trabajadores), que tantas
ilusiones había creado en algunos círculos del reformismo sindical,
comprometidos con el llamado pacto laboral, diseñado por el gobierno de Estados
Unidos para ratificar el TLC y el cual pretenden habilitar engañosamente como
escenario para “resolver los problemas de los trabajadores”, tratando de
impedir que esos problemas sean el centro de los diálogos de paz. Completa ese
cuadro el cinismo del vocero de la patronal que habla de la generosidad
gubernamental al referirse al famélico aumento salarial decretado.
No obstante todas
esas maniobras, el trabajador colombiano de a pie sabe que ese mísero aumento
salarial no compensa la constante pérdida del poder adquisitivo y que en lugar
de achicar la brecha entre ricos y pobres, lo que hace es aumentarla,
consolidando a Colombia en los primeros puestos de inequidad económica y social
en el mundo; ello en momentos que el aparato propagandismo estatal se desboca
al publicitar una mentirosa tendencia a la equidad.
Una advertencia
final, si el gobierno acaba de hacerle conejo a los trabajadores colombianos en
cuanto al salario mínimo, no hay duda que esté tratando de poner conejo a los
Diálogos de Paz que se desarrollan actualmente en la Habana y en los cuales
tiene afincadas sus esperanzas el pueblo
colombiano, incluido el movimiento sindical clasista representado en el Equipo
FSM Colombia.
Federación
Sindical Mundial - FSM Equipo Colombia
Bogotá,
29 de diciembre de 2012