¿ Intervención o pretexto?
Transcurridos doce años de intervenciòn de EMCALI, aun no existe certeza de su devoluciòn a la ciudad en tanto se mantienen los condicionamientos para su entrega a la municipalidad, los cuales han sido rechazados por la comunidad caleña, que ven en ellos un obstàculo para su estabilidad y permanencia. Es asì que el anuncio del pasado viernes de aumentar a diez años el plazo para pagar la deuda de un billòn de pesos con la naciòn muestra la forma improvisada de resolver este asunto. En el caso concreto, no se considerò los efectos que la escisiòn de telecomunicaciones traerìa a la caja de la empresa generando dificultades para el pago de dicha suma. Por ello, retomando la experiencia de Medellìn en relaciòn con el pago de la deuda del metro en la que los paisas lograron que el plazo se les ampliara a 100 años, en èste caso se deberà aumentar dicho plazo a un perìodo similar.
La exigencia de escindir el componente de Telecomunicaciones ahondarà la crisis de EMCALI porque en primer lugar, se terminarà acabando con su unidad econòmica, financiera y administrativa y en segundo lugar, cada una de las unidades de negocios tendrà que afrontar por separado la competencia en el mercado en condiciones muy difìciles con riesgo a desaparecer como empresa de propiedad del municipio de Cali.
En cuanto al requisito del Buen Gobierno que se espera se convierta en realidad en la pràctica administrativa de la empresa, el mismo no puede identificarse con el manejo excluyente y exclusivo de la èlite tradicional y/o tecnocràtica que aspira dirigir, administrar y controlar la empresa como sì fuera un corporativo privado dirigido a privilegiar la rentabilidad econòmica por encima de la rentabilidad social.
VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL